La mayoría de nosotros ha caído en esta trampa alguna vez: glorificar las jornadas largas, romantizar las noches sin dormir, sentirnos productivos porque sacrificamos el descanso en nombre del emprendimiento. Yo también estuve ahí.

Durante los primeros años de mis negocios, creía que dormir poco era parte del precio del éxito. Que si quería construir algo grande, tenía que trabajar más que los demás, incluso a costa de mi bienestar. Hoy, años después, con más empresas, más experiencia y muchas madrugadas encima, sé que estaba equivocado.

Dormir bien no es una debilidad. Es una ventaja competitiva.

El mito de la productividad sin sueño

Vivimos en una cultura que premia estar «ocupado», donde el agotamiento se ha vuelto una insignia de honor, ya el término burnout se escucha casi que con normalidad, como si estuviera bien. Pero esa narrativa es tóxica y está profundamente equivocada. Dormir no es tiempo perdido. Es tiempo de inversión.

Las investigaciones más recientes en neurociencia y psicología organizacional lo dejan claro: la falta de sueño deteriora la capacidad de liderazgo, nubla el juicio, aumenta la impulsividad, reduce la empatía y afecta directamente la calidad de nuestras decisiones. Es decir, te convierte en una versión disminuida de ti mismo, justo cuando más necesitas estar claro.

Liderar con el cerebro nublado, el costo oculto de no dormir

Dormir mal compromete directamente nuestra corteza prefrontal, la parte del cerebro que nos ayuda a planificar, resolver problemas complejos y controlar nuestros impulsos. ¿El resultado? Tomamos decisiones más impulsivas, somos menos creativos, más reactivos emocionalmente y más propensos a errores costosos.

Y no se trata solo del negocio. La falta de descanso y sueño nos vuelve más irritables, menos empáticos y nos desconecta del equipo. Como líder, eso tiene consecuencias que trascienden el resultado financiero: erosiona la cultura, la confianza y la moral de quienes nos rodean.

Cuando dormimos, nuestro cuerpo se repara, nuestro sistema inmunológico se refuerza y el cerebro hace su trabajo más importante: consolidar la memoria, procesar emociones y limpiar toxinas acumuladas durante el día.

Un artículo del New York Times explica que, la falta de sueño también aumenta la actividad del sistema nervioso simpático, que controla la respuesta “lucha o huida”, la cual nos hace sentir estresados y alertas.

¿Y cómo afecta esto al liderazgo? En todos los niveles.

  • Líderes privados de sueño tienden a ser más reactivos e irritables.
  • La empatía disminuye, lo que dificulta construir equipos cohesionados.
  • Aumenta la probabilidad de tomar decisiones impulsivas o arriesgadas.
  • Se reduce la capacidad de innovar o resolver problemas complejos.

En resumen: sin sueño, no hay visión clara. Y sin visión, no hay liderazgo.

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Dormir es parte de las F

Las 3f de hoy: Family, Fitness y Finances. El sueño, aunque no es una F, impacta directamente en cada una.

  • Family (Familia): ¿Qué tipo de padre, madre o pareja podemos ser si estamos exhaustos, irritables y ausentes emocionalmente? Dormir bien nos permite estar presentes y disponibles para los que más amamos.
  • Fitness (Bienestar): El descanso es tan importante como el ejercicio o la nutrición. Sin él, el cuerpo no se recupera, la mente no rinde, y las hormonas del estrés se disparan.
  • Finances (Finanzas): La claridad mental que nos da el sueño mejora nuestras decisiones financieras. Un CEO cansado toma decisiones costosas. Uno que ha descansado, con una buena rutina del sueño, toma decisiones inteligentes.

¿Y si dormir fuera un acto de liderazgo?

Arianna Huffington, Jeff Bezos, Satya Nadella, y Bill Gates lo han dicho públicamente: el sueño es su secreto para rendir, crear y liderar mejor.

Bezos, por ejemplo, resalta el rol del sueño en la toma de decisiones importantes “Dormir 8 horas me permite pensar con claridad. Le doy prioridad. Pienso mejor. Tengo más energía. Mi estado de ánimo es mejor«.

Arianna ha dicho en varias oportunidades que su éxito se lo debe al sueño.

¡Y tienen razón! Cuando estás descansado, lideras con calma. Ves soluciones donde otros ven caos y problemas. Tomas decisiones sin prisa, pero con firmeza. Y eso se nota en tu equipo.

En una revisión clínica, realizada por CM Barnes y NF Watson, se presenta un sólido argumento a favor del sueño como clave para los negocios.  

Una investigación de McKinsey encontró que los líderes que dormían bien puntuaban mucho más alto en cuatro competencias clave del liderazgo: orientación a resultados, resolución de problemas, empatía y apertura a nuevas perspectivas. Nada de eso aparece sin descanso. Exploran cómo la privación del sueño impacta la concentración y la productividad en las organizaciones.

Múltiples estudios exaltan el dormir como clave en la toma de decisiones difíciles

7 hábitos para dormir mejor (y liderar mejor)

El éxito no está en quedarte despierto más horas. Está en usar tus horas despierto con verdadera lucidez. Aquí algunos hábitos que me han ayudado a priorizar el descanso sin sacrificar mi ritmo:

  1. Define una rutina nocturna. El cuerpo ama la previsibilidad. Intenta dormir y despertarte a la misma hora todos los días.
  2. Desconecta del celular al menos una hora antes de dormir. La luz azul retrasa la producción de melatonina, la hormona del sueño.
  3. Evita cafeína y alcohol después de las 6 p.m. Aunque el alcohol relaja, interrumpe los ciclos de sueño profundo.
  4. Haz ejercicio, pero no muy tarde. El movimiento físico mejora la calidad del sueño, pero hazlo al menos 3 horas antes de acostarte.
  5. Cuida tu espacio. Oscuridad, silencio y una temperatura fresca son clave para un buen descanso.
  6. Ten una libreta cerca. Si tu mente corre al acostarte, anota tus pendientes. Así dejas que tu cerebro se apague con tranquilidad.
  7. Empieza con pequeños cambios. Si duermes 5 horas, no intentes llegar a 8 de golpe. Aumenta media hora cada semana. Tu cuerpo te lo agradecerá.

Dormir es estrategia, no lujo

En los negocios, y más cuando de ti depende la estabilidad laboral de muchas personas, cada minuto cuenta, aprender a dormir bien puede parecer una pérdida de tiempo. Pero la verdad es esta: no se trata de cuántas horas trabajas, sino de cuán lúcido estás mientras lo haces.

Dormir no te hace menos productivo, te hace más humano. Hoy, que el liderazgo necesita más empatía, visión y creatividad que nunca, dormir bien puede ser tu arma secreta.

Haz del sueño una prioridad. No solo por ti, sino por los que te siguen, los que confían en ti y los que necesitan que tomes las mejores decisiones posibles.

Porque el descanso no es una pausa en el camino. Es parte del camino.

Buena noche,

Carlos Cobián