Afortunadamente la sociedad ha ido, aunque poco a poco, entendiendo la necesidad de hablar sobre salud mental. Y ahora, en el marco del Mes de la Concientización sobre la Salud Mental, es el momento perfecto para que exploremos una práctica que ha demostrado ser una herramienta que fortalece el bienestar emocional: mindfulness o atención plena.
¿Qué es el mindfulness? es una técnica que consiste en prestar atención al momento presente con una actitud de apertura, curiosidad y aceptación. Se trata de observar nuestros pensamientos, emociones y sensaciones sin juzgarlos, permitiéndonos desarrollar una mayor conciencia de nosotros mismos y de todo lo que nos rodea.
Los beneficios del mindfulness para la salud mental
Numerosos estudios han demostrado que la práctica regular del mindfulness puede tener un impacto significativo en la salud mental.
Algunos de los beneficios más destacados incluyen:
- Reducción del estrés y la ansiedad: Al enfocarnos en el presente, el mindfulness nos ayuda a disminuir esa “pensadera” incesante sobre el pasado o la preocupación por el futuro, dos grandes fuentes de estrés y ansiedad.
- Mejora del estado de ánimo: La atención plena nos permite observar nuestros pensamientos y emociones con mayor claridad, lo que puede ayudarnos a manejar mejor los sentimientos negativos y cultivar emociones positivas.
- Aumento de la resiliencia: Al desarrollar una mayor conciencia y aceptación de nuestras experiencias, el mindfulness nos ayuda a ser más resilientes frente a los desafíos y contratiempos de la vida.
- Mejora de las relaciones interpersonales: Nos permite estar más conectados y atentos en nuestras interacciones con los demás, lo que puede conducir a relaciones más satisfactorias y empáticas.
- Te da respiro necesario: Tendremos un espacio para respirar y reorientarnos, lo cual es esencial para prevenir el burnout y revitalizar la energía personal en el entorno laboral y más allá.
Mindfulness + ejercicio = una combinación ganadora
Investigaciones recientes sugieren que combinar el mindfulness con la actividad física puede potenciar aún más los beneficios sobre la salud mental. Un estudio publicado en la revista Mental Health and Physical Activity encontró que las personas que practican la atención plena y hacen ejercicio regularmente tienden a experimentar menos preocupación, estrés, ansiedad, depresión, entre otras, en comparación con aquellas que solo realizan una de estas actividades.
Esto se debe a que el mindfulness puede ayudarnos a estar más en sintonía con nuestro cuerpo y a aceptar mejor la incomodidad temporal que puede surgir durante el ejercicio. Además, la combinación de ambas prácticas puede ayudarnos a desarrollar hábitos saludables y a reconocer los beneficios que aportan a nuestro bienestar general.
En algunas de mis publicaciones, y en un live que hice hace algunas semanas, les contaba cómo el ejercicio me ha ayudado física y mentalmente. Ponerme unos tenis y salir a caminarnse convirtió en un tiempo sagrado para mí, para pensar, para desconectarme y para aclarar la mente. Les contaba además que esta actividad es vital para todos pero casi una obligación para gerentes y líderes de empresas que necesitan tomar decisiones que afectan a todo su equipo.
Así que recuerda darle con toda, pero deja el celular mientras caminas o trotas.
El cerebro mindful, insights desde la neurociencia
La neurociencia también está arrojando nueva información sobre los mecanismos cerebrales que subyacen a los beneficios del mindfulness. Estudios presentados en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva (CNS) sugieren que las diferencias individuales en el procesamiento sensorial y cognitivo del cerebro pueden predecir la salud mental y ser susceptibles de entrenamiento a través de la práctica del mindfulness.


Por ejemplo, la capacidad de interocepción (la habilidad para percibir las sensaciones internas del cuerpo) es un componente importante que podría ayudar a regular trastornos del estado de ánimo como la depresión. Al prestar atención a nuestras sensaciones corporales y emociones sin juzgarlas, podemos desarrollar una mayor resiliencia y flexibilidad mental.
Además, los estudios muestran que la atención a la respiración puede ayudar a calmar la actividad cerebral y reducir la sensación de estrés. Esto sugiere que los ejercicios de atención plena son técnicas eficaces para manejar el estrés, mejorar nuestro bienestar emocional y, por tanto, nuestra salud mental.
Incorporando el mindfulness en tu vida
Si te interesa comenzar a practicar esta técnica, aquí te dejo 4 tips para incorporarlo en tu día a día:
- Empieza con sesiones cortas de meditación guiada, de 5 a 10 minutos al día. Existen muchas aplicaciones y recursos en línea que pueden ayudarte a comenzar y que se convirtieron en un paso crucial para la democratización del acceso a herramientas de salud mental.
- Practica la atención plena durante actividades cotidianas, como comer, caminar o ducharte. Enfócate en las sensaciones, los sonidos y los olores del momento presente.
- Combina el mindfulness con el ejercicio, prestando atención a las sensaciones de tu cuerpo mientras te mueves y hacer nuevos esfuerzos físicos, conoce tu cuerpo.
- Sé paciente y compasivo contigo mismo. La práctica del mindfulness es un proceso gradual que requiere constancia y amabilidad hacia uno mismo.
En este Mes de la Concientización sobre la Salud Mental, destaco el mindfulness como una herramienta para cultivar el bienestar emocional. Al combinar la atención plena con el ejercicio y al comprender los mecanismos cerebrales que subyacen a sus beneficios, podemos desarrollar una mayor resiliencia, flexibilidad y paz interior.
Te invito a explorar esta práctica transformadora y a incorporarla en tu vida diaria. Recuerda, pequeños pasos conscientes pueden conducir a grandes cambios en tu salud mental y en tu calidad de vida.
Impleméntalo en tu día a día, compártelo con tu gente y cuéntame cómo te va.
Hasta la próxima,
Carlos Cobián.